Decidida y valiente fue la primera persona en realizar un viaje interurbano con un automóvil.
Su marido, Carl Benz, lo invento en 1886 en la ciudad de Mannheim y aunque pueda parecer increíble nadie se intereso por el en un primer momento.
Bertha convencida del proyecto de su marido pidió incluso el anticipo de su dote e invirtió todo en el sueño de Carl, que no era otro que el de fabricar un carruaje con motor.
Pese a todos los esfuerzos y fabricar un modelo tras otro, estos seguían sin interesar y por lo tanto, el proyecto convirtió su situación económica en una autentica ruina.
Entonces Bertha Benz consiguió involucrar a la prensa conduciendo el Benz Patent-Motorwagen nº3, junto a sus dos hijos de 13 y 15 años hasta la casa de su madre en Pforzheim.
Recorrió 104 km de ida y unos 90 de vuelta y en este trayecto tenían que ir bajándose en las cuestas y empujar el carruaje debido a la escasa potencia del motor.
Durante el viaje llego a ejercer de mecánica de su propio automóvil realizando numerosos reglajes, un herrero le reparo la cadena, inventó sobre la marcha los forros de los frenos al tener que realizarles un ajuste, limpio el dosificador de combustible y aisló un cable con una liga. Bertha realizo un informe de los problemas y su marido realizo significativas mejoras en el modelo. Como dato curioso es que tuvo que parar a repostar y lo hizo en una farmacia que era donde vendían un producto de limpieza procedente del petróleo que usaba como combustible.
Al llegar informo por telegrama a su marido y la noticia de que "una mujer con dos niños había viajado en un carruaje sin caballos" corrio como la polvora.
Bertha logró su objetivo y todo el mundo hablaba de los coches de Benz y aún hoy en día hablan de ellos.
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